La bicameralidad en el Perú se constituye en una necesidad impostergable frente a la inoperancia del actual sistema parlamentario unicameral, que al no tener un mecanismo intraorgánico de control que haga de filtro en la producción legislativa, lo que genera son leyes innecesarias de baja calidad. En el seno del parlamento unicameral se desenvuelve una competencia desmedida de parte de los parlamentarios por sacar la mayor cantidad posible de leyes sin importarles el contenido de las mismas. De igual forma, los congresistas, lejos de legislar en beneficio de la nación lo que suelen hacer es hipotecarse a intereses particulares, traicionando de esta manera la voluntad del pueblo y del electorado que los eligió. Cualquier pretexto para postergar esta necesaria reforma constitucional del sistema parlamentario unicameral por el bicameral no tiene explicación, sino en el cálculo político, demostrando así el poco compromiso con los intereses de la nación, así como el simplismo para explicar lo inexplicable buscando de esta manera chivos expiatorios en otros elementos o factores. El parlamento bicameral es una forma de lucha contra la mediocridad legislativa y contra la corrupción. No es cierto que la bicameralidad propiciará la reelección de los actuales congresistas, ya que ella es una potestad que le corresponde al electorado. Un sistema democrático no pone restricciones al derecho de libertad para elegir a sus autoridades, en todo caso lo que hay que propiciar es que el pueblo se informe respecto de las propuestas, que evalúe las mismas y que decida libre y responsablemente. R.V.R.